Corea del Norte gana terreno en la guerra invisible de la información

Kim Jong-un refuerza el control informativo mientras el Sur pierde capacidad de respuesta.

Internacionales03/06/2025Ahora NoticiasAhora Noticias
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Foto:AP

Aunque los disparos han cesado hace décadas, la guerra entre las dos Coreas continúa en un terreno menos visible pero igualmente estratégico: el de la información. Altavoces camuflados en la frontera sur emiten música pop y mensajes subversivos, mientras del norte apenas se oyen melodías propagandísticas. Corea del Sur ha buscado debilitar el aislamiento norcoreano a través de contenido cultural y educativo. Sin embargo, la balanza parece inclinarse.

Organizaciones como Unification Media Group envían cada mes memorias USB con series, canciones y datos sobre derechos humanos. En palabras de su director, Lee Kwang-baek, "algunas personas nos dicen que lloraron viendo estas series y que les hicieron reflexionar sobre sus propios sueños por primera vez". No obstante, el avance de estas iniciativas ha sido contenido con fuerza por el régimen de Kim Jong-un, quien promulgó leyes que sancionan con cárcel e incluso con la ejecución la posesión de material extranjero.

El cerco se ha estrechado aún más desde 2020. "Antes, estos medios se podían comprar en los mercados, pero ahora solo se obtienen de personas de mucha confianza", afirma Lee. Según datos del gobierno surcoreano, 34,000 norcoreanos han logrado escapar hacia el sur en las últimas décadas, muchos de ellos motivados por el acceso a esta información. Pero ahora, con un financiamiento internacional menguante y más vigilancia fronteriza, la capacidad de penetración del Sur ha disminuido.

Mientras Estados Unidos recorta apoyo a medios como Radio Free Asia y Voice of America, el Norte optimiza su aparato represivo. Los teléfonos móviles se programan para eliminar palabras del dialecto surcoreano y escuadrones juveniles patrullan buscando "desviaciones culturales". A pesar de todo, organizaciones como Liberty in North Korea no pierden la fe: “La mayoría de los desertores recientes afirman que fue el contenido extranjero lo que los motivó a arriesgar sus vidas para escapar", asegura Sokeel Park. En una guerra sin balas, las ideas siguen siendo la amenaza más temida por el régimen.

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