Tribunal ruso sentencia a 25 años de prisión a opositor por “traición”

El activista, que ha rechazado todos los cargos, ha sido encontrado culpable de traición, difusión de información "falsa" sobre el ejército ruso y afiliación a una "organización indeseable". Kara-Murza es el último de varios opositores al presidente Vladimir Putin que han sido arrestados y obligados a huir de Rusia. 

La sentencia fue la máxima solicitada por los fiscales y es la más larga que haya recibido una figura de la oposición desde que Putin lanzó la invasión rusa a Ucrania. 

Kara-Murza, que también posee la nacionalidad británica, cumplirá su condena en una "colonia correccional de régimen estricto" y deberá pagar una multa de 400.000 rublos ($4.900 dólares).

La dura sentencia es una muestra de que en la Rusia actual, las autoridades están decididas no solo a silenciar a los críticos, sino también a neutralizar cualquier acto o persona que consideren una amenaza para el sistema político. Los periodistas y diplomáticos extranjeros tuvieron que dirigirse a una sala separada para ver los procedimientos en dos pantallas de televisión. 

"Se supone que los criminales se arrepienten de lo que han hecho. Yo, en cambio, estoy en la cárcel por mis opiniones políticas. También sé que llegará el día en que la oscuridad sobre nuestro país se disipe", proclamó el acusado.

Solo se permitió el acceso a un puñado de periodistas de los medios estatales rusos, así como a la madre y al abogado del acusado. 

El líder de la oposición rusa, Alexei Navalny, también se manifestó sobre la sentencia de Kara-Murza, calificándola de "venganza" del Kremlin "por el hecho de no morir en un instante", en referencia al hecho de que el condenado sobrevivió a dos envenenamientos, presuntamente perpetrados por autoridades rusas.

El activista fue arrestado hace un año en Moscú, inicialmente por desobedecer a un agente de policía. 

Se le imputaron cargos más graves una vez que estuvo bajo custodia. El caso de Kara-Murza se basó en parte en un discurso que pronunció ante políticos en EE.UU. el año pasado, en el que denunció que Rusia estaba cometiendo crímenes de guerra en Ucrania, como el uso de bombas de racimo en áreas residenciales y el bombardeo de escuelas y hospitales de maternidad. 

Los investigadores rusos consideraron falsas esas afirmaciones y dijeron que el Ministerio de Defensa "no ha permitido el uso de medios prohibidos para hacer la guerra". Ins