Próximo Presidente de Ecuador Enfrenta Desafíos de Violencia, Inseguridad y Dificultades Económicas

Los ecuatorianos, ahora unidos por una consigna común, esperan que el presidente electo en las próximas elecciones del domingo aborde la cuestión crucial de la seguridad.

En los últimos tres años, la delincuencia y el crimen organizado han sumido al país andino en un clima de inseguridad, con asesinatos, secuestros, extorsiones y robos siendo parte del día a día de los ciudadanos.

El control de las calles y las cárceles, donde según el gobierno nacen los mandatos de las bandas delictivas, se ha convertido en el principal reto para los ocho candidatos presidenciales que compiten por un mandato de apenas 18 meses. Las elecciones anticipadas, resultado de la disolución de la Asamblea y la reducción del propio mandato del presidente Guillermo Lasso, se llevarán a cabo para elegir a su sucesor hasta mayo de 2025.

Estos comicios se celebran en medio de un ambiente aún más tenso y alarmante para los 13.45 millones de votantes, tras los recientes asesinatos del candidato presidencial Fernando Villavicencio y del alcalde de Manta, Agustín Intriago. Estos ataques han conmovido a la población y han destacado aún más la vulnerabilidad de la sociedad ante el crimen organizado.

La violencia ha dejado su marca en la economía del país. La productividad, las exportaciones y el empleo han sido afectados negativamente. Un 80% de los ecuatorianos identifica la seguridad como su preocupación principal, y algunos podrían estar dispuestos a aceptar soluciones drásticas, incluso autoritarias, para abordar esta problemática compleja arraigada en la sociedad.

Los candidatos presidenciales, entre ellos el periodista Christian Zurita cuya postulación fue aceptada a última hora, centran sus campañas en la lucha contra la delincuencia y la inseguridad. Todos coinciden en reforzar las fuerzas del orden, recuperar el control carcelario y ser firmes en la lucha contra el crimen, pero carecen de detalles concretos sobre cómo implementarán estas estrategias en medio de la debilitada economía y las trabas burocráticas.

Los cárteles mexicanos y colombianos, junto con la mafia albanesa, han sido señalados como responsables de la violencia y la lucha por el territorio en Ecuador. 

Durante el gobierno de Guillermo Lasso, entre mayo de 2021 y agosto de 2023, se han decomisado 480 toneladas de drogas, en su mayoría en la región costera. Mientras tanto, las estadísticas de muertes violentas se han duplicado en los últimos dos años, con más de 3,500 asesinatos registrados en 2023.

El próximo presidente enfrentará un país con ingresos petroleros reducidos y una recaudación tributaria disminuida, sumado a una economía debilitada. Las arcas públicas han recibido menos de la mitad de los ingresos petroleros en comparación con el año anterior. Además, la inversión extranjera directa y el desempleo reflejan un panorama económico incierto para el futuro mandatario.

La situación de Ecuador no será resuelta por un único líder o en un corto período de tiempo. El próximo gobierno deberá abordar problemas estructurales como la pobreza y la descomposición del Estado, involucrando a todos los sectores de la sociedad para lograr un cambio sostenible.