Guerra de Microprocesadores: Estados Unidos y China en una Competencia Feroz

En la actual reconfiguración del orden global, la beligerancia toma formas diversas, y una de las áreas más disputadas es la tecnología. Los microprocesadores, esos diminutos circuitos que impulsan dispositivos como teléfonos móviles, computadoras, automóviles y aviones, se han convertido en un punto focal de la competencia estratégica entre Estados Unidos y China.

Tecnología03/09/2023Ahora NoticiasAhora Noticias
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Los chips, junto con la Inteligencia Artificial (IA) y los protocolos de transmisión móvil (5G y 6G), ocupan el núcleo de la guerra geoeconómica actual.

En agosto de 2022, el gobierno de Joe Biden promulgó la Ley de Chips y Ciencia, destinando casi 60 mil millones de dólares en créditos fiscales, incentivos y subvenciones a empresas que se establezcan en Estados Unidos. Además, en junio de 2021, se prohibió toda inversión en 59 empresas chinas, incluyendo a Huawei y SMIC, bajo la justificación de su colaboración con las fuerzas armadas de China.

En los últimos dos años, el Departamento de Estado de EE. UU. ha impulsado la Chip Four Alliance junto con Japón, Corea del Sur y Taiwán, con el objetivo de promover la investigación y la innovación en microprocesadores en detrimento de China. Además, EE. UU. ha sancionado a empresas que exportan obleas necesarias para producir microprocesadores de última generación a China.

Por su parte, el presidente chino, Xi Jinping, ha respondido con un enfoque en la innovación nanotecnológica, destinando 1,4 billones de dólares y designando al viceprimer ministro Liu He para ejecutar dicho programa. China, Taiwán y Corea del Sur ahora producen el 75% de los microprocesadores de nueva generación, en comparación con el 12% controlado por EE. UU. hace treinta años.

La rivalidad actual recuerda la guerra geoeconómica de EE. UU. contra Japón en la década de 1990, cuando se promovió el desarrollo en Corea del Sur y Taiwán para contrarrestar la hegemonía japonesa en microprocesadores. La actual beligerancia se basa en la necesidad percibida por EE. UU. de forjar una "cadena democrática de suministro de semiconductores" para limitar a China.

Las empresas japonesas de semiconductores venden una gran parte de su producción a China, al igual que Corea del Sur. Taiwán, en particular, se ha convertido en un recurso geopolítico que EE. UU. utiliza para debilitar a China. La Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) en Taiwán es líder en la fabricación de chips y un objetivo clave para EE. UU., que ha promovido la construcción de una planta en Arizona.

El enfrentamiento en torno a los microprocesadores refleja una guerra híbrida más amplia en la que EE. UU. busca obstaculizar la formación de un mundo multipolar con múltiples hegemonías y una mayor autonomía de las naciones soberanas. La lucha por el control de la tecnología es una parte esencial de este conflicto geoeconómico.

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