Investigadores alertan sobre el alto costo ambiental del uso de inteligencia artificial

El uso cotidiano de la inteligencia artificial generativa, como asistentes virtuales y chatbots, está generando preocupación por su impacto ambiental. Según un estudio alemán, las preguntas complejas dirigidas a modelos de lenguaje grande (LLM) pueden producir hasta “seis veces más emisiones de dióxido de carbono” que aquellas con respuestas breves.

El autor principal del estudio, Maximilian Dauner, explicó que los modelos más avanzados, por tener más parámetros, realizan más cálculos: “Los LLM ‘más inteligentes’ produjeron hasta 50 veces más emisiones de carbono que los sistemas más simples para responder la misma pregunta”. Esto se debe a que procesan más conexiones internas, similar al funcionamiento de redes neuronales.

Además, cada instrucción enviada a la IA implica un proceso que ocurre en centros de datos masivos. El Electric Power Research Institute estima que “puede consumir hasta 10 veces más energía que una búsqueda habitual en Google”.

Especialistas recomiendan a los usuarios ser más directos en sus consultas y utilizar modelos más ligeros cuando sea posible. Sasha Luccioni, de Hugging Face, enfatizó: “Los modelos diseñados para tareas específicas suelen ser mucho más pequeños, eficientes y igual de buenos en su contexto”.