Porque a algunas personas les cuesta levantarse por las mañanas?

Hay pocas personas que por la mañana experimentan una gran facilidad en ponerse de pie e incorporarse a las actividades diarias, por el contrario, son más aquellas que tienen una tendencia natural que predispone que el cambio del sueño a la vigilia sea lento.

Opinión03/03/2023Ahora NoticiasAhora Noticias
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Existen varias razones por las que cuesta tanto levantarse por las mañanas, y con esto no estamos hablando de la falta de deseo de ponerse en pie por haber estado de fiesta o realizar actividades nocturnas, sino que son razones propias de condiciones de cada persona:

Algunas personas padecer de inercia del sueño, que se le denomina a la tendencia natural que induce del estado de sueño o reposo al estado de alerta. Es importante saber si una persona tiene una inercia del sueño exagerada o no consigue alertarse con estímulos enérgicos y repetidos, esto debe ser evaluado y podría ser que el individuo padezca un trastorno del sueño, del tipo hipersomnia es decir somnolencia excesiva, lo cual debe ser consultado con un médico.

Por otro lado, durante el sueño los lóbulos frontales están inactivos, estas son las estructuras cerebrales que regulan la voluntad y, en parte, el juicio y razonamiento; debido a esto, nos puede llevar tiempo despertarnos para activarnos, por lo que nuestra falta de fuerza de voluntad y pensamiento racional nos lleva temporalmente a una decisión equivocada de quedarnos dormidos.

El cuerpo humano cuenta con una regulación homeostática del sueño, es decir que el mismo sistema esta preparado biológicamente para mantener el equilibrio que significaría que la persona duerme lo que necesita. Esta Regulación homeostática actúa igual que las necesidades básicas como tener sed o hambre. 

Es importante levantarnos bien, con vitalidad y para ello lo primero es conseguir un descanso óptimo por la noche.

Como consejo para un buen despertar algunos expertos recomiendan hacerlo con tiempo, lo cual se puede hacer programando dos alarmas: unos veinte minutos antes de la hora a la que nos tenemos que levantar y otra a la que sonaría normalmente el despertador.  Con esto pasamos de la fase de sueño profundo a sueño más ligero lo cual permite una incorporación más sencilla permitiendo que la persona pueda despertarse entonces con más facilidad y en un estado menos aturdido.

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